
Un problema profundo de personalidad, un problema de relación con las mujeres, un problema de falta de seguridad. Recurren al puta intentando estigmatizar. Insultar llamando puta a una mujer es la expresión de su rabia, de su impotencia. Por eso no es una cuestión baladí que uno de los principales dirigentes de Vox en Murcia haya calificado de puta a la ministra de Justicia Dolores Delgado. No diré que me sorprende que de labios de un dirigente de Vox haya salido ese puta para insultar a una mujer. Los dirigentes de Vox nos tienen acostumbrados a este tipo de barbaridades. Así se las gastan algunos líderes de Vox. Pero lo sorprendente es que en las filas del PP y de Ciudadanos no se produzca una rebelión. Que no haya habido nadie en el PP o en Ciudadanos que hayan salido para mostrar su rechazo contra ese puta proferido por el tal Juan José Liarte con Dolores Delgado es cuanto menos un síntoma.
Durante seis largos años, desde que tenía 16 y hasta que cumplió los 22, sufrió explotación sexual. Pero perdió su empleo, acabó en la piso y cayó en las garras de la prostitución. Logró, con mucho ahínco, salir de aquella pesadilla. Ha apuntado tres libros sobre el tema, incluido uno que lleva por título Ninguna mujer nace para puta. BBC Globo habló con ella.
Entre y de ellas mujeres, hombres y trans recorren cada noche el alfoz de Santa Kilda, un mercado guía del sexo que se ha convertido en el gran punto de encuentro en la región. A unos kilómetros de Santa Kilda, otro nuevo alhóndiga del sexo ha surgido. Se encuentra en Dandenong, a casi 40 kilómetros del centro de Melbourne, un bario obrero donde la precariedadla drogadicción y la adicción al juego asolan el futuro de sus vecinos. Esto, que podría parecer un elemento disuasorio, ha provocado que muchos hombres en búsqueda de sexo acudan a Dandenong en lugar del abarrotado y peligroso Santa Kilda. Alrededor de una cabina de teléfono situada en la calle que separa la zona de negocios de la de apartamentos, un puñado de mujeres se pasean en busca de clientes.