
La pureza sexual La pureza sexual Los sagrados poderes de la procreación han de emplearse sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados como esposo y esposa. Dios ha mandado que la intimidad sexual se reserve para el matrimonio. Cuando eres sexualmente puro ate preparas para hacer y guardar convenios sagrados en el templo; te preparas para establecer un matrimonio fuerte y para traer hijos al mundo como parte de una familia eterna y amorosa. El permanecer sexualmente puro a te ayuda a estar seguro de ti mismo a y a ser verdaderamente feliz, aumenta tu habilidad para tomar buenas decisiones ahora y en el futuro. La norma del Señor en cuanto a la pureza sexual es clara e inalterable. No tengas ninguna clase de relación sexual antes del matrimonio y sé completamente fiel a tu cónyuge después del casamiento.
El amor es muy bonito, pero sin una confianza plena el uno en el otro, es imposible que la relación vaya viento en popa. La desconfianza es una de las principales amenazas que pueden hacer tambalear una relación. No tener esta confianza mutua puede llevar a que uno de los miembros de la pareja habla de sentirse cómodo en la relación, e incluso llegue a engañar a aquel que ama. El engaño a la pareja es uno de esos temas muy subjetivos y que han de cogerse con pinzas. Muchas parejas admiten que solo si hay ósculo físico sexual es engaño, otros con el simple hecho de hablar de la persona con un tono singular hace que se origine una encuentro. Piensa en qué es lo que sucedió para que eso pasara. Un nuevo estudio realizado por psicólogos especialistas escoceses para YouGov y publicado por Relate ; confirma que muchos podrían estar de acuerdo en una cosa: besar no es considerado infidelidad. La mayoría de los sujetos que tomaron parte en el experimento estaban de acuerdo que un beso supondría una nimiedad, y que hablar por qué se había dado esa situación arreglaría las cosas, siempre y cuando la parte implicada se disculpase. El análisis se centraba en las relaciones sexuales entre parejas estables, y cómo el sexo era fundamental para una relación sana.