
La verdad es que solo lo hago cuando tengo que llenar un formulario que lo exige. Sin embargo, también lo hago cuando tengo que enumerar las bendiciones de este regalo, tal como lo estoy haciendo ahora. Obviamente eso solo puede venir de Dios, ya que en la actualidad y en la mayoría de sociedades existe cierta presión cuando llegas cerca cierta edad y no te has casado. Es tal la presión, que muchas mujeres se avergüenzan de decir su edad o se restan años. Recuerdo que mi felicidad empezó a depender de que niño me gustaba, porque como dice el dicho, «el que anda con cojo al año cojea». Para mí, el enamorarme platónicamente era el principio y final de mi felicidad. Cada fracaso platónico se convertía en mi talón de Aquiles El problema era que intentaba llenar un vacío de la manera incorrecta.
Mandamientos Sexto Mandamiento Hay dos actitudes erróneas hacia el sexo. Las dos congruo comunes. El hedonista ve la aforo sexual como una posesión personal, de la que no hay que aprovechar cuentas nadie.
Sexualidad Consejos generales para vivir la decencia La castidad es una realidad que atañe a todos los hombres y mujeres, porque es la virtud que regula el uso adecuado y responsable de la sexualidad y de la afectividad. Por: P. Marcelo Bravo, L. Profesor de filosofía de la fe, UPRA.
Bebedero de esta versi? Me refiero a la similitud de aquellas pasiones que son las mismas en todos los hombres: deseo, temor, esperanza. Aunque un hombre pueda leer a otro por sus acciones, de un modo óptimo, sólo puede hacerlo con sus circunstantes, que son muy po- cos. Porque este género de doctrina no admite otra demostración. El origen de todo ello es lo que llamamos efecto en efecto: no existe ninguna generación en el intelecto humano que antiguamente no haya sido recibida, totalmente o en parte, por los órganos de los sentidos.
Bendición a la Sagrada Familia 1. Como han indicado los Padres sinodales, a pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, «el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia» [1]. Como respuesta a ese anhelo «el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia» [2]. El camino sinodal permitió poner sobre la mesa la localización de las familias en el globo actual, ampliar nuestra mirada y vivificar nuestra conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia. Al mismo tiempo, la complejidad de los temas planteados nos mostró la necesidad de seguir profundizando con libertad algunas cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales. Los debates que se dan en los medios de comunicación o en publicaciones, y aun entre ministros de la Iglesia, van desde un deseo libertino de cambiar todo sin suficiente advertencia o fundamentación, a la actitud de pretender resolver todo aplicando normativas generales o derivando conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas.