Señoras

A mi mujer le excita hacerlo el día que le ha tocado despedir a alguien

Morbosa como te 705334

Puedes enviarlas a papel elmundo. Para grabar videos a los niños, antes cogíamos indistintamente nuestros móviles y nos sabíamos las contraseñas. Joan, 38 años. El error de tu mujer no es poner ahora bloqueo, es haberlo quitado antes, porque se puede y se deben mantener ciertos límites. Y no por secretos y mentiras, sino por espacio y confianza. El desbloqueo por huella dactilar es uno de los mayores avances de la tecnología de nuestro tiempo. Te lo digo yo que llevo dos semanas con él estropeado y cada vez que tengo que meter los cuatro dígitos recién levantada, la vida se me hace bola. Mal, hijo, mal. Porque hay diversas maneras de definir a tu mujer y ninguna es publicable.

Cuando tenía 25 años, salí con unos amigos a una fiesta porque individuo de ellos cumplía años. Entre tanta gente vi a una hermosa madama, de cabello rubio, largo. Pasé un buen rato hablando con ella porque me la presentó una amiga y de inmediato sentí química: reíamos y las conversaciones eran fluidas. Al experimentar lo que me decía Reinaldo, enseguida entré en un cuestionamiento muy fuerte sobre mi orientación sexual. Fue bastante duro porque a pesar de conocer que era una chica trans, no podía dejar de pensar en ella. Un mes después de haberla conocido en aquella fiesta decidí llamarla e invitarla a salir y ese fecha decidimos vernos en un café para conversar y conocernos mejor. Siendo limpio por eso tardé en llamarte, tenía muchas dudas y cuestionamientos sobre el hecho de sentirme atraído hacia una mujer trans, pero entendí que hay una gran diferencia entre orientación venéreo e identidad de género. Luego de casi dos años de relación, Leticia me llevó a conocer a su familia, que me aceptó sin problemas ni cuestionamientos.

Él replica con muchísima dignidad. Se encienden las luces en escena. Cuadro I Toda la acción de la farsa se desarrolla en este salón, apartamento principal de un piso muy acogedor y muy bien puesto. A la izquierda -términos del espectador- la balcón. En el lateral de la estribor, dos puertas.

Y como los libros de género degeneran antes que otros, aquel encargo se volvió una carga. Lo he tenido escondido entre mis papeles como quien oculta una carta delatora o un pecado inconfesable, pero de cuando en cuando he sucumbido al inefable placer de proponerle a los editores mis fantasías eróticas. E inevitablemente se corrían en cuanto les confesaba que no era novela. Nunca falla. Los editores siempre se corren cuando alguien les propone relatos. Por eso, lo que no es mitología sólo es ciencia-fricción.

Antaño de acudir a trabajar. Gozar álveo. Entonces me. Mi suegra me. Suplica que me la folle - Cum en el belly - Porno.

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