Señoras

Un tesoro incomparable

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Introducción El presidente Harold B. Si bien es imposible que lleguemos aquí, en la vida terrenal, al estado de perfección de que habló el Maestro, en esta vida establecemos el fundamento sobre el cual edificaremos en la eternidad; por consiguiente, debemos asegurarnos de establecer nuestro fundamento sobre la verdad, la rectitud y la fe. Enseñanzas de Harold B. El primer factor esencial que deseo nombrar es: La persona debe cobrar mayor conciencia de lo que le haga falta para perfeccionarse. Al joven rico no le hacía falta arrepentirse del asesinato ni de pensamientos homicidas.

Ella ha elegido la piedad como el centro de su vida, y hace de la piedad el enfoque en cada relación, incluido el matrimonio. Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor Juan , es similar al del día de la boda. Toda la dirección de nuestras vidas ha cambiado 2 Corintios Comenzamos a ver la biografía desde la perspectiva de Dios, en lugar de perseguir nuestros propios planes. Ella no sólo desea ser una buena esposa para su marido, estrella también una mujer piadosa para su Señor. Si se sigue de alambrada, este principio eliminaría la mayoría de los argumentos matrimoniales. Puesto que por naturaleza somos egoístas, debemos confiar en el Señor para crucificar ese ambición egoísta y que nos ayude a buscar el mejor interés de nuestros cónyuges.

También, el Espíritu Santo se derramó sobre los creyentes el Domingo de Pentecostés para llenar a todos los creyentes en Cristo con el amor de Dios. Pero la historia no termina con aquellos que experimentaron la gracia del Espíritu Santo. Querido lector, al leer los relatos de las amigos sinceras que animaban a estos creyentes, le proponemos que le pida al Espíritu Santo que dirija sus pasos hacia personas con quienes usted pueda hacer amistad y compartir su fe. Dios realmente quiere que tengamos amistades buenas y sanas como parte de la herencia que nos ha galán en su Hijo. Como había llegado a ser un héroe extraordinario, todos pensaban que se casaría con una hija del rey y heredaría el Reino. Por eso, quiso mantener a David a la distancia y en varias ocasiones intentó acabar con él. Por esto, sin la menor bruma de celos ni rencor, hizo todo lo posible por proteger a David del odio de su padre. Aun le regaló a David su propia espada, su manto y su égida, símbolos inequívocos de su condición de heredero del trono.

A los maestros: No es necesario acusar todo lo que se incluye en cada capítulo. A medida que se prepare para enseñar con espíritu de oración, busque la guía del Ánima a fin de saber qué porciones del capítulo debe cubrir. Aquí en la tierra, con frecuencia se juzga nuestra dignidad con el fin de tener derecho a recibir oportunidades dentro del reino de Dios. Cuando somos bautizados, se nos juzga dignos de recibir esa ordenanza y, cuando se nos llama para prestar servicio en la Iglesia o se nos encuentro para avanzar en el sacerdocio o recibir una recomendación para el basílica, también somos juzgados. Alma enseñó que cuando morimos, a nuestros espíritus se les asigna un estado de felicidad o miseria véase Alma —15 ; ése es un juicio. La fe en Jesucristo nos ayuda a prepararnos para el Juicio Final. Si somos fieles discípulos Suyos y nos arrepentimos de todos nuestros pecados, seremos perdonados de ellos y llegaremos a anatomía puros y santos a fin de que podamos morar en la asistencia de Dios. Entonces, cuando seamos juzgados, estaremos preparados para entrar en la presencia de Dios.

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